Un recorrido por los momentos que hicieron de Divedent lo que es hoy.
3/12/25 19:18Divedent nació en plena pandemia del año 2020, en un Chile golpeado por la incertidumbre. Mientras muchas actividades se detuvieron, la odontología fue uno de los servicios esenciales que debió seguir respondiendo a las necesidades de la población. Esa situación se convirtió en una oportunidad: crear una clínica capaz de atender con seguridad, profesionalismo y humanidad a quienes más lo necesitaban, en un momento donde la salud oral no podía esperar.
En su primera etapa, Divedent quedó en manos de Verónica, una mujer profundamente comprometida con la clínica, que asumió con compromiso total el flujo de contacto con los pacientes. Su trabajo fue tan esencial que la primera letra “ve” de Divedent honra simbólicamente su rol en esos inicios. Gracias a ella se formó lo que hoy conocemos como el equipo de call center, el verdadero motor de vida de la clínica.
Desde ese origen desafiante, la clínica se fue consolidando con una visión clara: ofrecer un modelo de odontología integral, cercano y accesible, que realmente resolviera problemas de salud oral, incluso los más complejos. Para lograrlo, Divedent reunió un equipo diverso y altamente calificado, incluyendo especialistas con experiencia en algunas de las mejores clínicas privadas del país.
A lo largo de todo este crecimiento, la clínica ha estado acompañada permanentemente por su representante legal, un joven ingeniero —algo despistado, pero con una energía enorme y un deseo constante de comerse al mundo— que ha construido los cimientos administrativos, legales y operativos del proyecto. Su involucramiento ha permitido que Divedent avance en múltiples áreas en paralelo: arquitectura, marketing, normativas sanitarias, habilitaciones, construcción, modernización y procesos internos.
En 2022, un hito clave en la historia de la clínica fue la llegada de Rosario a la dirección. Con una mirada meticulosa, altos estándares y una ética férrea, implementó nuevas reglas, protocolos y exigencias que elevaron la calidad de la atención, consolidando un modelo que no es común en el sector dental de Santiago Centro. Su aporte transformó la clínica en un espacio mucho más ordenado, exigente y alineado con un estándar superior.
Otro momento clave en el crecimiento de Divedent fue el trabajo de distintos especialistas en implantología, quienes identificaron brechas y definieron criterios técnicos que permitieron establecer el estándar con el que hoy abordamos esta área. Con el tiempo, nuevas miradas profesionales reforzaron y perfeccionaron esos lineamientos, consolidando un enfoque clínico más sólido y riguroso.
En 2024, Divedent alcanzó un nuevo nivel de independencia y calidad al abrir su propio laboratorio dental. Este laboratorio no solo optimizó los tiempos y la precisión de los tratamientos internos, sino que también comenzó a ofrecer servicios a otras clínicas de Santiago, ofreciendo a la clínica la posibilidad de tener trabajos más personalizados, en menores tiempos y poder tener mejores posibilidades de ofertas a los pacientes.
Con el tiempo, y a través de todas estas decisiones y desafíos, Divedent se consolidó como una clínica que no solo ofrece tratamientos, sino soluciones reales. Una clínica donde la excelencia no es un lujo, sino una práctica diaria; donde la accesibilidad se combina con rigor clínico; y donde cada profesional que ha pasado por sus salas ha dejado una huella que sigue fortaleciendo el modelo.
Hoy, Divedent es la suma de todas esas etapas:
un nacimiento en crisis, un crecimiento impulsado por estándares altos, un laboratorio propio, un equipo diverso, una dirección firme y un liderazgo joven que ha empujado el avance constante de cada proceso.
Una clínica moderna, humana y en evolución permanente, construida para acompañar a las personas en algo esencial: recuperar su salud, su sonrisa y su confianza.